LA BOCA DEL JUSTO
>public void onCreate(Bundle savedInstanceState) { super.onCreate(savedInstanceState); uiHelper = new UiLifecycleHelper(this, callback); // if you don't want to use the UiLifecycleHelper, call sdkInitialize instead // Settings.sdkInitialize(this); ...LikeView likeView = (LikeView) findViewById(R.id.like_view); likeView.setObjectId("http://shareitexampleapp.parseapp.com/photo1/");protected void onActivityResult(int requestCode, int resultCode, Intent data) { super.onActivityResult(requestCode, resultCode, data); uiHelper.onActivityResult(requestCode, resultCode, data, null); // if you don't use the UiLifecycleHelper, call handleOnActivityResult on the LikeView instead // LikeView.handleOnActivityResult(this, requestCode, resultCode, data); ...a href="http://m.efrainmedrano.es.tl/LA-BOCA-DEL-JUSTO.htm#nav-panel" data-icon="bars" data-iconpos="notext" class="ui-btn-left ui-btn ui-btn-up-f ui-shadow ui-btn-corner-all ui-btn-icon-notext" data-corners="true" data-shadow="true" data-iconshadow="true" data-wrapperels="span" data-theme="f" title="Menu" style="border-top-left-radius: 1em; border-top-right-radius: 1em; border-bottom-right-radius: 1em; border-bottom-left-radius: 1em; -webkit-background-clip: padding; background-clip: padding-box; -webkit-box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 1px 3px; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 1px 3px; display: inline-block; text-align: center; cursor: pointer; position: absolute; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: middle; width: 24px; height: 24px; top: 7px; left: 5px; z-index: 10;">Menu
LA BOCA DEL JUSTO .
I. HAY UN PECADO QUE NOSOTROS NO ACABAMOS DE RECONOCER
No hay nada más pecador que el órgano de la boca. Por ahí entra y sale lo bueno y lo malo, y lo más triste de la boca del justo es que con ella muchas veces bendecimos y con ella muchas veces maldecimos, y esto es condenado por Dios.
Hay un pecado que nosotros no acabamos de reconocer. Nosotros reconocemos el pecado de infidelidad, reconocemos el pecado de inmoralidad física, pero lo que el cristiano todavía no reconoce es el pecado que entra o sale de nuestra boca. Con ella muchas veces condenamos y condenamos a vidas que supuestamente nosotros amamos. Después nos escondemos bajo una falsedad y en vez de reconocer que nosotros hemos pecado con nuestra boca lo que hacemos es justificarnos, y no es que Satanás nos provoque, es que simplemente cuando nosotros estamos convencidos quién mora dentro de nosotros, de nuestra boca no puede salir nada malo.
Cuando no hay esa convicción, el “hombre viejo”, que aún mora en nosotros, hace que salga y entonces es cuando nosotros confesamos lo malo, sabiendo que estamos dañando, porque cuando sale de nuestra boca una palabra impía, una palabra fuerte, una palabra mala, viene en nosotros la conciencia de saber que estamos dañando.
Ese mismo espíritu que sale de nosotros regresa a nosotros con más fuerza para atar nuestra mente a lo negativo, y a veces puedes creer que tú has hecho justicia, hablando justicia. Hay cosas que nosotros hablamos que no son justas, porque están con falta de amor, y todo lo que está falto de amor nos lleva a injusticia, tanto el que lo hace con nosotros como nosotros lo hacemos con ellos. Podemos decir como dice Proverbios que “la boca es manantial de vida”.
No podemos ser seres apagados por problemas o por tragedias. Si en verdad hay un manantial de vida dentro de nosotros, nuestros ojos tienen que expresar esa vida; no pueden expresar mortandad ni falto de vida, nuestros ojos tienen que estar vitalizados por lo que está dentro de nosotros. Tú podrás hablar mucha Biblia pero no estar vitalizado, y eso de nada sirve. No podemos engañarnos, somos testigos falsos y sigue la falsedad dentro de nosotros, aunque confesemos a Cristo, somos los mismos falsos.
Proverbios 10:11 “Manantial de vida es la boca del justo; Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.”
¿Cuántas veces nosotros por nuestra boca nos convertimos en un impío? Una soberbia sobre un hijo, lo que salga de nuestra boca, puede ser más duro que la de un impío.
Sin embargo, todos podemos creernos justos, pero no todos somos justos. Fuente de vida es la boca del justo, porque la boca del justo siempre hablará con el sonido de paz; la boca del impío proclamará una justicia que no hace, y esa es la falsedad con que Satanás envuelve al género cristiano. Tenemos que alertarnos por la Palabra a entender en qué punto de gobierno nos encontramos ya a esta hora de la vida.
Cuando el justo empieza a caminar en justicia para sí mismo, produce sabiduría, y esa sabiduría viene hacia nosotros y nos da una capacidad mayor de justicia que la que teníamos.
Lo que otros condenan, nosotros entendemos; lo que otros señalan, nosotros perdonamos; lo que otros inclinan al mal, nosotros bendecimos al bien. O sea que por los hechos, el justo será alabado.
Si tú te envuelves con compañías de fe, del espíritu y de justicia tú podrás crecer. Pero si tú te envuelves con espíritu de injusticia y de trampa, de mentira y de engaño también te puedes envolver.
Proverbios 10:13 “En los labios del prudente se halla sabiduría; Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.” Vara de corrección, “lo que te di, te lo quito” y te quedas como al principio. Prudente quiere decir el que no lo habla todo de un golpe. Cuántas veces a un ladrón tu no le puedes decir que es ladrón y tienes que callarte hasta que ese ladrón sea descubierto. A eso se le llama prudencia, cuando tú te callas y esperas que el ladrón sea descubierto.
Yo he visto cuando voy a ser engañada y le digo al Señor: “Dame la paciencia que tuviste con Judas.” ¿Cuál fue la paciencia que el Señor tuvo con Judas? Que esperó que su maldad lo enrollara, se desenvolviera y muriera en su propia maldad. Ni lo condenó ni lo botó del círculo de apóstoles; tuvo la seguridad que su Padre obraría con eficacia sobre esa fuerza del mal. ¿Cuál fue el fin de Judas? Ahorcarse. No disfrutó de la venta que hizo del Señor.
II. PRODUCIR SABIDURIA EN LA VIDA DEL JUSTO
Para producir sabiduría en la vida del justo tenemos que tener la certeza de quién es el que obra por nosotros, y con esa seguridad esperar el tiempo de Dios a su justicia.
Cuantas veces yo he querido que la justicia de Dios se manifieste en alguien a mi manera, nunca la he visto, pero cuantas veces yo me he desprendido de mi justicia y le he dicho a Dios: “Conforme a tu voluntad caminen” yo he visto su justicia porque me he liberado yo de mi justicia.
Dios requiere de nosotros una palabra que se llama INTEGRIDAD, que no todos los cristianos la tenemos. Se vive una vida cristiana a una medida educacional y social que te ha dado el medio ambiente, y por mucho que sea la iglesia prosperada y bendecida y puesta en esas bendiciones altas de educación y de libertad nunca la has cogido porque has seguido viviendo en tu mediocridad.
La vida cristiana del justo no es mediocre; un verdadero hijo de Dios justo siempre es próspero; con veinte dólares en el bolsillo es próspero; no los gasta porque tiene quien le dé de comer; no los gasta porque tiene quien le provea la gasolina; no los gasta porque hay quien le da para otras bendiciones. Esa es la prosperidad del justo.
Dice proverbios que la “boca del justo esparce la ciencia.” La paciencia es un medio de la ciencia, porque con esa paciencia tú aguardas que el Señor opere sobre la situación en la cual tú te ves.
Romanos 15:2-7 “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.”
Cuántos cristianos nos agradamos de que somos “tremendos cristianos”? Y porque un día perdonamos creemos que ya tenemos el cielo ganado. Dice la Biblia que debemos de perdonar en un número infinito. Tú no sabes el día en que tú no vas a perdonar.
Yo escuché a alguien decir: “Yo no perdono la infidelidad”, y yo pedí misericordia para ese hombre que hablaba así, porque tú no sabes por dónde la vida lo puede llevar y que él tenga que perdonar una infidelidad. Tú no puedes decir que “tú no puedes perdonar la infidelidad” porque todos hemos sido infieles. Fuiste idólatra, eres un infiel, pero ¿Quién te lo perdonó? Cristo. Entonces ¿Quiénes somos nosotros para no perdonar la infidelidad?
Proverbios 15:2 “La lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los necios hablará sandeces.”
¿Cuántos hablamos y hablamos y hablamos y no nos oímos? y ¿Cuántas sandeces a veces hablamos? ¿Cuánta palabra injustificable hablamos de nosotros mismos y de nuestro comportamiento y sabemos que ante Dios no estamos justificados, mas seguimos hablando? ¿Cuántas veces a lo malo llamamos bueno? “...es que tiene tantas cualidades…” pero te ha hundido, te ha humillado, y estás llamando a lo malo bueno. Si no puedes hablar bueno, mejor cállate, pero no lo justifiques porque eso es pecado, a eso se le llama hipocresía. Eso es queriendo justificar lo que no es justificable.
Proverbios 15:7 “La boca de los sabios esparce sabiduría; no así el corazón de los necios.”
Donde haya un corazón no perdonador, hay un corazón necio. Así es que si tú no has perdonado a alguien, estás incubando un espíritu necio, y los necios apenas saben hablar; los necios no saben hablar ni en su idioma. Hasta que Dios vino y te libertó se acabo la necedad, vino la sabiduría y ahora viene la bendición.
III. LA PALABRA DE LOS JUSTOS PRO- NUNCIAN PALABRAS AGRADABLES
Los injustos parece que tienen un látigo en la lengua, cualquier cosa que tú digas te sale con un látigo. Esa es una señal que uno debe de verse en sí mismo; cualquier palabra que uno pueda decir cuando hay un impío alrededor nuestro “cubriéndose de cristiano” sale la lengua como un látigo. Te sale para desagradarte, para humillarte, para decirte cosas feas.
Aquí nos podemos dar cuenta que no todos los que decimos: “Señor, Señor, entraremos en el reino de los cielos” pero tenemos que hacer una observancia hacia dentro de nosotros mismos. En el mapa de salvación ¿por dónde voy? Porque si en el año tengo tres desniveles, si cualquier cosa me aparta de la iglesia, yo tengo que observarme. ¿Cuál es el fenómeno que me causa eso? Todo lo que tú confieses con tu boca es un boomerang, sale y regresa, absolutamente todo.
El verdadero justo no se expresa así. Yo diría que las personas que encuestan a Jesucristo son ateas, que el espíritu de ateísmo está en ellos. Dice la Palabra que “no le echemos perlas a los cerdos”.
Cada vez que con tu boca tú maldigas a alguien o en tu corazón tú desees mal para alguien, tú no estás en el campo de los justos, ni tu boca hablará palabras agradables; toda tu boca será una boca defensiva. A la vez que entramos a la justicia de Dios perdemos la palabra defensiva, no la necesitamos porque el testimonio que mora dentro de nosotros es mayor que la palabra defensiva que salga de nosotros; nuestra presencia, nuestro callar, nuestro modo de vivir, de pensar, de razonar supera los parámetros de defensas, además el verdadero justo espera en Dios el tiempo; el tiempo hablará mejor que la palabra.
Proverbios 10:32 “Los labios del justo saben hablar lo que agrada; mas la boca de los impíos habla perversidades.”
Amén